Los desafios para los que hay que preparase

La humanidad se enfrenta a retos que van mas allá de crisis económicas. Los verdaderos desafíos provienen de la naturaleza hostil del universo en que vivimos, del entorno externo e interno de nuestro mundo.

Los riesgos de aniquilación o colapso de la civilización actual son reales y vigentes. Conocerlos primero, y prepararnos después para evitar o minimizar los efectos de episodios catastróficos son responsabilidad, principalmente, de dirigentes políticos preparados, visionarios y responsables públicos. También es responsabilidad de la sociedad en general, que debe demandar a sus servidores públicos que asignen recursos y se preparen ante contingencias del futuro. En ultima instancia, deben sentirse aludidos los individuos que entienden que su destino depende de ellos mismos, ya que es muy posible que no exista gobierno que pueda ayudarles.

El impacto de un meteorito, la reactivacion de una o varias supercalderas volcanica, tormentas solares o el calentamiento global demasiado acelerado son asuntos de importancia absoluta. Cualquiera de estos puede acabar con nosotros. Este blog se centra en el escenario del impacto de un meteorito con efectos a escala global: incendios, activación de volcanes a nivel planetario, terremotos y tsunamis e invierno nuclear como principales efectos secundarios.

Podemos prepararnos, sin embargo, y evitar o minimizar el desastre. El futuro de la raza humana pasa por el aprendizaje, la preparación y, a largo plazo, la colonización de otros planetas. Ésta es necesaria para que la humanidad no dependa exclusivamente de un planeta frágil como la Tierra, expuesta, como demuestra su historia, a cataclismos sin previo aviso.

miércoles, 20 de junio de 2012


Escenario de partida si no hay preparación o detección previa:

Es un dia cualquiera que discurre entre la rutina habitual. La actividad bulle en las ciudades, vehículos y camiones circulan por las autopistas, trenes y barcos no paran en su afán diario. De repente, un destello en el cielo capta la atención de los viandantes y conductores. Una inmensa bola de fuego surca el cielo dejando una gran estela de humo negro. Instantes después, impacta en el horizonte emitiendo un potente destello de luz.
La gente, incrédula, no reacciona. Entran en shock, paralizados y sin asumir  lo que están viendo. Pocos segundos después del impacto, un terrible estruendo de la onda de choque se deja sentir. Vientos huracanados tiran a la gente al suelo, doblan y rompen arboles, se rompen ventanas.
Una inmensa bola de fuego se eleva hacia el cielo y, delante de ella, una cortina de roca que sube como un telón, impulsado por el cráter que se abre más y más por el impacto.
Seguidamente, un terremoto comienza a hacer temblar todo. La gente sale de los coches y de los edificios. Corren despavoridos a zonas abiertas. El temblor dura minutos, mientras caen unos edificios tras otros. Las líneas de alta tensión, gas y agua se rompen, provocando socavones, incendios y electrocuciones. Las calles se llenan de polvo y de humo. Nada aguanta en pie.
Desde el horizonte se ven llegar pequeñas bolas de fuego, del tamaño de televisores a pelotas de tenis, que caen en kilómetros a la redonda. Los parques y masas vegetales se incendian. Edificios, puentes y zonas abiertas reciben impactos, aumentando el grado de daño del terremoto inicial. Otros terremotos seguirán a cientos por espacio de meses y años.
Las zonas costeras recibirán tsunamis devastadores en cuestión de unas pocas horas. Los primeros en las costas bañadas por el océano que reciba el impacto del meteorito (el pacífico tiene mayor probabilidad por extension). Las demás costas igualmente acabaran recibiendo tsunamis debido a los terremotos a escala global que producirán los desajustes en las placas tectónicas. Cientos o miles de volcanes se reactivarán o aparecerán. En unos días, el cielo del planeta estará cubierto por cenizas que ocultarán la luz del sol por meses y años, quiza durante una década.

Los aviones que estén en el aire solo podrán aterrizar en aquellas zonas suficientemente alejadas del terremoto primero, donde no se hayan causado daños a las pistas de aterrizaje. En unas pocas horas después del impacto no habrá mas aviones en el cielo del planeta, y esto será asi por años, cuando puedan volver a volar a pesar de los niveles de ceniza en el aire.

Desordenes civiles
Pocos minutos tras el impacto, policías y bomberos se verán colapsados y sobrepasados por los acontecimientos. No se podrá priorizar, se intentará salvar a quien se pueda y donde se pueda. Sera imposible el desplazamiento por las ciudades y entre casi todas las poblaciones. Explotaran y se incendiaran refinerías y centros de almacenamiento de combustible y gas. Las centrales nucleares experimentarán daños y algunas sufrirán la fusión del núcleo. Esa noche no habrá luz, ni volverá a haberla en las ciudades. Los teléfonos dejaran de funcionar, y también internet. Quizá durante años. Solo las comunicaciones via satélite permanecerán intactas, aquellas que puedan transmitir a través de las nubes de ceniza.
Los gobiernos actuarán inicialmente intentando comunicarse via satélite y coordinar esfuerzos de ayuda mutua. Cuando la gravedad de la situación no permita garantizar el orden interno (72 horas?), se cerrarán las fronteras, se decretará el toque de queda y se militarizarán las principales ciudades y vías de comunicación. Primero en los países directamente o afectados antes por el impacto del meteorito. Después en los que tengan costa y hayan sufrido los tsunamis. Las fuerzas policiales y militares pueden verse desbordadas a las pocas semanas ante el colapso completo de la sociedad. Si el desastre es de la magnitud del meteorito K-T, algunos gobiernos caerán, sus ejércitos se disolverán y algunas sociedades se organicen clanes o sociedades tribales militarizadas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario