Los desafios para los que hay que preparase

La humanidad se enfrenta a retos que van mas allá de crisis económicas. Los verdaderos desafíos provienen de la naturaleza hostil del universo en que vivimos, del entorno externo e interno de nuestro mundo.

Los riesgos de aniquilación o colapso de la civilización actual son reales y vigentes. Conocerlos primero, y prepararnos después para evitar o minimizar los efectos de episodios catastróficos son responsabilidad, principalmente, de dirigentes políticos preparados, visionarios y responsables públicos. También es responsabilidad de la sociedad en general, que debe demandar a sus servidores públicos que asignen recursos y se preparen ante contingencias del futuro. En ultima instancia, deben sentirse aludidos los individuos que entienden que su destino depende de ellos mismos, ya que es muy posible que no exista gobierno que pueda ayudarles.

El impacto de un meteorito, la reactivacion de una o varias supercalderas volcanica, tormentas solares o el calentamiento global demasiado acelerado son asuntos de importancia absoluta. Cualquiera de estos puede acabar con nosotros. Este blog se centra en el escenario del impacto de un meteorito con efectos a escala global: incendios, activación de volcanes a nivel planetario, terremotos y tsunamis e invierno nuclear como principales efectos secundarios.

Podemos prepararnos, sin embargo, y evitar o minimizar el desastre. El futuro de la raza humana pasa por el aprendizaje, la preparación y, a largo plazo, la colonización de otros planetas. Ésta es necesaria para que la humanidad no dependa exclusivamente de un planeta frágil como la Tierra, expuesta, como demuestra su historia, a cataclismos sin previo aviso.

viernes, 27 de abril de 2012



Los desafíos: Introducción

El libro "Colapso", de Jared Diamond, describe situaciones como las de Grecia y otros países – en realidad el modelo de civilización occidental-, en las que algunas sociedades de manera generalizada y sus dirigentes en particular, decidieron mirar para otro lado ante amenazas que se cernían sobre ellos. Eran conscientes de las mismas y eligieron no adoptar decisiones a tiempo que pudieran prevenir desgracias futuras. En la inmensa mayoría de los casos, las acciones necesarias requerían cesión de poder por parte de la clase dirigente y/o renunciar a formas tradicionales de vida y objetos de prestigio (madera, cerdos, elementos culturales identificativos): una generosidad y esfuerzo que los "políticos" de entonces no quisieron exhibir. Decidieron así no sacrificar sus privilegios, retrasar el desenlace y, en el mejor de los casos para la clase dirigente, ser los últimos en morir.

Los Mayas, los habitantes de la isla de Pascua, los vikingos de Groenlandia, los Anasazi de Nuevo México.... son ejemplos de lo anterior. Su desaparición completa o disminución drástica y repentina hasta números ínfimos se debió a cambios (degradación) en los suelos fértiles, alteración del clima local (por deforestación), la gestión del agua y el control del crecimiento de su población. Las guerras (sobre todo civiles) no entran en esta cuenta porque fueron casi siempre un resultado de la escasez de recursos a los que ellos mismos se condujeron.

En los tiempos actuales, pienso que los retos a los que nos enfrentamos como humanidad, como sociedad en conjunto y en los que tanto pienso para poder ayudar y/o salvar a nuestro planeta y a muchos seres humanos son:

A)    – Preparación o plan de emergencia ante el choque (una vez más en la historia del planeta) de un asteroide devastador contra la tierra
B)    -  Control del crecimiento demográfico en el mundo
C)    - Control del cambio climático

Si buscamos un enfoque positivo, además de diagnosticar los peligros tenemos que buscar soluciones: o bien evitarlos completamente, o bien minimizar los efectos. Me ilusiona ver que hay cierto margen para la esperanza. En las siguientes entradas, además de entrar en detalle en cada una de las amenazas, habrá una sección que describa las soluciones y opciones que tenemos para salir delante de estos, los retos de la humanidad.

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